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martes, 22 de marzo de 2016

LA CULPABLE

La culpable


Usted es la culpable, de todas mis angustias, de todos mis quebrantos" 
Armando Manzanero



- ¡Ella es la culpable! Me gustaba su irreverencia, pero ahora es mi pareja, debe comportarse – comenzó.

La cita fue en un café en Altamira. Fui al encuentro de un viejo amigo chavista, internacionalista, marxista-leninista, ciclista quizá hasta budista, y otras filosofías que, sin práctica, al menos en un par de ámbitos de la vida, llevan nuestra credibilidad a una progresiva decadencia terminal. Y de eso, no hay conciencia que se pueda salvar.

- Ya veo – contesté - amas que quiera cambiar el mundo, pero no tu cabeza.
- ¡Tiene contradicciones!
- Qué insolencia...
- No llena mis carencias. Dice que es mamá, feminista y mujer, por eso pensé: "no se cree princesa, no esperará que le abra las puertas,coroné", pero me exige, dice que el compromiso es político, sexual y afectivo, que debo aceptarla y quererla. Tratarla bonito.
- Patético es que tenga que decirlo.
    - Ella cede, pero no me convence. Eso de un día usar tacones y maquillaje, y al otro, una kufiya palestina, no me parece coherente.
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Sorbo largo de café y leve salpicada en su guayabera blanca
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    - ...entonces, pienso dejarla, camarada – continuó - pero me encanta cómo se mueve, me aprieta, me dice lo que le gusta, y es tierna, me gusta. Aunque... esas feministas son todas putas! ¡No son Pa' tenerlas de pareja!
    - Es cierto, feminista con hombre de las cavernas, no pega...
    - ¿Cómo?
    - Olvídalo, ¿y si buscáis alguien más parecido a vos? ¿Conservadora, pero con pinta bohemia? - le sugerí.
    - ¿Qué? Yo con una escualida ¡ni de vaina!. El problema es que a ésta no la siento compañera, no secunda todas mis ideas.
    - El problema es que quiere sacudirte las cabezas, las emociones, la existencia ¿Pedimos la cuenta?- sugerí. Percibí que el cáncer ya había hecho metástasis ¿Qué podría yo resolver ahí?

    - ¡Ella es la culpable! ¡Es una insolente! Dice y problematiza lo que piensa o cuentan otras mujeres ¡sin filtro! ¡sin vergüenza!
Ahí, recordé al viejo Sanoja y su "¿de qué coño sirven las convicciones sino para defenderlas?".

Al tiempo supe cómo terminó ese drama casi judicial: ante tanta cadena mental ella perdió la batalla, pero su derrota llevó implícito un acto de justicia: quedó en libertad.






SOY ¿QUIÉN SOY?



La erótica que odia madrugar y se masturba en la ducha para despertar.
Que tocó a su prima a escondidas.
Que fue insultada por no querer tener sexo.
Que fue insultada por querer hacerlo, y hacerlo, y hacerlo.
Que fue acosada por un tío enfermo.
La empanadera que da cátedra de sazón y abrir las piernas.
La de 50 que perdió la líbido y necesita doble esfuerzo, más tiempo para el fuego.
La madre a la que su madre aconsejó "ni se te ocurra casarte".
La que pudo parir.
La que no, y exhibe además de estrías, una cicatriz.
La prominente a la que no le sale leche.
La que sólo tiene leche.
La que apoyó el aborto hasta que parió.
La que lo promueve aunque parió.
La mujer que llegó a insultar a otra mujer y reflexionó.
La picada por alacrán que le dicen linda y sospecha.
La profesional, con propiedades y dos carreras que no logra quedar embarazada.
La que ama la peluquería.
La "gafa de la cuadra" que se graduó de medicina.
La analfabeta que gracias a Misión Robinson, empezó a escribir a los 60 años.
La que se hace las lolas y se la comen viva, o la miran como si el silicon se lo hubiera inyectado en la cabeza.
La que está cómoda con su cuerpo, pero no caerá en el juego de diferenciación.
La compañera
Que no cocina y se encarga de la limpieza.
La salvación de la ex a la que un ex dejó por mí, y una a la que, seguramente, salvaron de un pusilánime destino
La ex que recibe mil reverencias, cien homenajes y mil medallas...tarde.
La anciana que aceptó hijos por fuera del matrimonio. Y la que dijo "hasta aquí llegó".
La que muchxs quieren de compañera, pero dice el inseguro “no es para tenerla de pareja”.
La infiel
La que, contra todo prejuicio y por convicción, no lo fue.
La niña
criada por dos madres.
La huérfana de figura paterna que busca en sus parejas a su padre.
La criada por su abuela.
La "más bonita" de la escuela.
La niña que jamás fue escogida como reina.
La que anualmente lo era, aunque no quisiera.
La niña a la que le dicen fea y se lo cree a la primera.
Las que envidié y las que me envidiaron.
La que gracias a su hermana aprendió a leer a los 3 años.
La bachiller que maldice por estar embarazada mientras quien le daba besos en la plaza, no le contesta las llamadas.
La amiga que ama su tierra aún sin salir de sus fronteras, y soy, aunque fueran asesinadas, las dos mochileras y Berta.
La del ojo morado que dice que se cayó
La de los dos ojos morados, porque denunció.
La insegura.
La valiente.
La impaciente.
La amante de los gatos.
La que no es bohemia, poeta ni hipster, pero sabe que su misión es hacer preguntas, pues sumisión es no hacerlas.
La que se perdió y reencontró.
La que estudió y la que no.

La que sabe lo que le corresponde y merecemos de nosotras y del resto: respeto.

MARI



Mari siempre ha sido igualita a las otras Marías: Flaca queriendo engordar y gorda queriendo ser flaquita.
Insultada o golpeada en la juventud, como todas.
Desertora y detractora de un contrato a la violencia, como pocas.
Casada con una hija.
Soltera con dos hijas.
Soltera y dueña de su casa, de sus problemas, de su carro, de su cuerpo, de su vida.
Soltera con 2 títulos universitarios entre desempleos y decepciones.
Soltera que se mudó en cinco ocasiones y acomodaba la nueva vida en un día, arreglaba tuberías, pintaba, martillaba, escuchando Los Ángeles Negros y tomándose seis frías.
Erotica. Sensual.
Honesta, leal.
Serena, intensa.
Dura y flexible.
Paciente, impaciente.
Interrogante.
Error en el sistema.
Eterna figura discordante.
Nunca ha dicho ser feminista ¿Lo necesita?
"Mijo, vos que sois artista, haceme un Simón Bolívar y un Simon Rodríguez Pa' la escuela de la muchachita" dice a sus 54, porque debe hacer tareas,
Ser supervisora en una empresa,
dar charlas de ética,
limpiar la casa,
Cocinar, atender a tres nietas y pagar 20 mil bolívares por una rolinera para su camioneta, siendo optimista y aportando soluciones en esta crisis llena de miserias ¿quién carajo puede? Ella.
Mari no tiene tacto ni tiempo para dar consejos. Mari da el ejemplo.
Hija consciente, madre presente, aún obligada por las circunstancias a estar ausente.
Abuela omnipotente y amante independiente.
En este país cundío de heroínas dadas por sentado, naturalizadas y en el anonimato.
Mari es así: igualita a tantas, por diferente.


Amanda amante




"Yo no me parezco a papá ni a mi mamá, yo me parezco a mí" dice con 4 años de edad.
Pregunta por qué visitamos el cuartel 4F y Chávez nunca sale, se fastidia: "Mami, la próxima vez, avisále".
Cuenta hasta "TEN" en la regadera, hasta cien, bajando escaleras. Lo debe a su papá, a la maestra y a "pita".
A mi me pide dormir empiernadas y en pantaletas.
Suelta mi mano y se devuelve a verificar que no dejé, de nuevo, la tarjeta de débito en el cajero.
Se preocupa y ocupa. Considerarla una bebé, es subestimarla.
Se fue de viaje sin mí, acordamos no llorar y cumplió, yo no, y me puse a escribir. Le mando línea, pero es pueblo, ella decide. Amanda, vos decidís.Tu maestra dice que el rosado es de niñas, pero el azul también es bonito, como tu pijama de avioncitos. ¿Por qué tapar tus ojos cuando un hombre y una mujer, o dos mujeres se besan? No es feo que la gente se quiera.
Cuidáte, no solo de barrigas, tragedia es perder la voluntad de concretar tus sueños y reinventarte.
Si seguís mis pasos, el título no te hace periodista (y no creáis que soy muy buena).
Si estudiáis medicina, la premisa es sanar y servir, no las tarifas.
Si tenéis madera creativa, y queréis hacer algo por mí: mil documentales, cien murales, un millón de obras contra las transnacionales, pero insisto, vos decidís.
Sugerencia: Compañero no es quien tiene más dinero ni el más intelectual. Es quien quiere aprender, se esfuerza y con cariño, cuestiona y enseña. Si existen, doy fe de cuatro, no te conforméis con escuálidos de paso.
Maquillarte o no, no te hace más o menos mujer, el controlador aunque quiera legalizar la marihuana, use guayabera, pantalón a rayas, o cualquier disfraz de izquierda, controlador queda. Amanda vos, sé vos. No importa lo que digan. No importa lo que crean.

Llorá, reíte, besá, mordé, gritá, proponé, sin pena. La iniciativa es virtud y la cautela impuesta enferma, déjasela a Ramos Allup, a Nacho, al Opus Dei, a la derecha. 

Si abusan, denunciá. Si te golpean, denunciá. Si te insultan, perdoná, pero rompé el ciclo, no cambiará. 

Decí sí, con ganas. Decí no, rotundamente. Dejarlos con su mano no es capricho o "arrugar", prescindir también es elegir.

Frente al aborto: no fuiste sólo bendición, fuiste mi absoluta y mejor decisión.

Los adverbios de tiempo limitan, pero aquí no hay discusión: No permitáis que alguien te diga, o llaméis dos veces "puta" a otra mujer, nunca. Si lo hacéis ¡UPA! a sacudirse las culpas y levantarse. De esa y mil maneras se pondrán a prueba tus ideales.

Sobre el miedo, se vale tenerlo, pero no de consejero, vos arriesgáte, viví. 
Los junguianos dicen que no saber elegir es un acto patológico de autodestrucción y yo no quiero verte muerta sin morir.


PD: Recordá que el derecho a decidir aplica a hembras, diversos y varones. Tu nombre es Amanda, pero pudiste ser Martín.

N

Rutas nocturnas



Amor, no dañes la ciudad que recientemente me enamora
Sus verdes
Sus flores
Su frío intolerable para incandescentes
Sus ideas de acetato
Su militancia oportunista
Su resistencia desgastada
Amor, no me la arruines con tu sabor, tu olor y picardía.
Con la ilusión que opaca cualquier bullicio y lo vuelve tintineo de campanas.
Tintineo de euforia, de grito, de éxtasis, de sed saciada.
De esperanzas de reivindicarme con la vida.
Amor no dañes ni este, ni los mil caminos que recientemente he aprendido
para olvidar otros pequeños ya gastados
Éste era mi nuevo comienzo, mi infinitesimal oportunidad.
No tenses ni abras mis piernas que sólo quieren caminar
...o sí,
pero a oscuras, en cuatro paredes largas
Sangremos si quieres,
pero lejos de este valle y de sus miradas ajenas,
lejos de tando olor a orín, humedad y rutas nocturnas que cuando te vayas, sólo me llevarán a tí.
N

SOBERANÍAS SEXUALES| UNA ENTREVISTA...COMO SEA.




Quizá suceda sólo a las preguntonas, pero ciertos encuentros íntimos, más que eso, parecen entrevistas. En mi caso, no termino de plegarme a decálogos sobre “el buen o el mal periodista” y me falta el afán por el tubazo. Suele engancharme la profundidad,la intimidad de los hechos, por dónde vinieron los tiros, qué hizo posible la noticia, los recovecos. Esa hambre es eterna, insaciable, hace que no pueda quitarme el carné de reportera cuando debería:
—A ver, hablame de tu experiencia… —Bien. Excelente…
—Ah y… ¿cómo se siente? —Rico. —¿Te gusta? —Sí… —¿Qué tanto?
—Mucho… —¿Por qué? —Porque está apretadito, mojadito…
—¿Sí? —¡¡¡SÍÍÍÍ!! —Ammm, ¿y no será porque tenías muchas ganas?
—Tenía, pero no es por eso… —¿Y si me pongo así? —Perfecto… —¿Y si no? —También sirve… —Mmm, eso quiere decir que te lo esperabas… —No, quiere decir que como sea me gustaaaaa. —Ah… ¿las vaginas? —No, no las vaginas. —¿No? ¿La mía? —Síííí… la tuya… —¡Ay, qué rico!… Disculpa, ¿la mía qué? —¡QUE-TU-VAGINA-ME-GUSTA-COMO-SEA!
¡Sí! ¡Ahí está! ¡El titular! Tan bien logrado que hace las veces de un semiorgasmo. No obstante, no todas las entrevistas son tan fáciles, no en todas podéis bombardear con argumentos. Si tenéis una fuente tímida, misteriosa, o bien, conocedora del peso de la información que posee, te toca deducir —¿seducir?—, afinar el arte de intuir. Las respuestas te las dan sus gestos:
cuando se calma, se moja o se crece ante cualquier sonido o movimiento. Este entrevistado es más complicado, cerrado, no atiende lo obvio, hay que llegarle con rodeos; si le vas con lo directo, podéis perderlo. Se parece a los comisarios del Cicpc, los morgueros y los familiares de la víctima cuando estáis pagando el noviciado como reportero de sucesos. Toca ir probando, tanteando, lanzando sortilegios-coqueteos que lo pongan nervioso para que suelte el dato. Si lo lográis, lo demás viene solo. ¡Qué titular!, te da el lead completo.
Fuera de la intimidad, este constante análisis forma parte del diario vivir de cualquier periodista ávidx de información y de nuevas formas de presentar equis noticia. El éxito en esto no obedece, me parece, a un don o a una estrella que se tiene para hacer o escribir maravillas. Es prueba. Es querer saber y hacer. Es ensayo y error. Es interés y pericia creativa.
“¿Se puede?”, me preguntó alguien por ahí sobre entrevistar a alguien en el acto. Para un(a) periodista, ni buenx, ni malx, sino el(la) que está realmente interesadx, pues claro.
NAILE MANJARRÉS
ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

SOBERANÍAS SEXUALES | ¿SAPIOQUÉ?




“Qué nos importa la opinión de la gente fría, siempre que nuestras almas, más ardientes, y más nobles que las suyas, sepan disfrutar lo que ellos no perciben”.

Marqués de Sade

Si de selección hablamos, los ‪#‎princesacásateconmigo‬ se descartan por insultar a la mujer que no preserva tradiciones, solo porque sí.

El alimentado por twitter, tampoco cuadra, una —consciente de ser padawan en la vida— será para él una “Maestra Ximena” en Carrusel.

El ‪#‎tusojosmerecuerdanunpoemadelChinoValeraMora‬, fastidia. Quien —panfleto en mano— no se esfuerza por desnudar mentalmente a la mujer que desea, creo que no tiene derecho a disfrutar de ella.

–Mija, y entonces, ¿qué queréis?
–Puede que de sapiosexualidad trate la cosa.
–¿Sapioqué?
–Sapiens (sabio) sexual. Neologismo y tendencia en twitter, ¿sabéis? No lo reconoce la DRAE, ¿y?, las Academias no suelen reconocer lo auténtico, los Óscar, por ejemplo.

No es una patología, sería —según psicólogos, Google y lo que se siente— una preferencia.

Un/a sapiosexual es un individuo atraído sexualmente, o sea, que lubrica, por la sabiduría de otro.
Distingue en la masa al/la que sabe que jode y transmite su conocimiento sin discursos heteronormativos-dialécticos-coyunturales-verborreicos.

Le reconoce el recorrido por distintos parajes y/o por montañas de buen cine y/o libros. Porque sabe su vaina y no necesita confundir para venderse, y ahí es donde un/a pierde, porque pasan a un tercer plano, el resto de los componentes importantes…

- “¿Recordáis que el primer polvo con el chef fue un desastre y dije que no volvería a verlo? Salimos otra vez y mientras me explicaba una receta, me mojé”.

Eso no parece el esquema paciente-terapeuta, ni 40 y 20.
También va más allá de usar lentes de pasta o coincidir sobre Rayuela.
La excitación genital parece centrada en la avidez por saber, cuestionar y exponer.
El sexo oral pasa a estar sobrevalorado como preámbulo; leyéndose las miradas insertan un nuevo juego previo: la plática. Se empiernan. Se encerebran, y acaban juntos entre tanta complicidad al plantear las ideas.
Dicen que son más las hembras sapiosexuales.
Por ahora, sólo conozco una que se excita con una buena oratoria y aprende a distinguir citas textuales de saberes reales (muy importante). Quien peregrina de conversa en conversa, cata con sus dos pares de labios y un arsenal de látex en la cartera.
Quien más de una vez ha suplicado con los ojos que desplieguen su habilidad oral e inteligencia, para llenarla con más que caricias y semen.
Quizás fue y es suerte de tantas, tildadas de desequilibradas por quienes no lograron descifrarlas, ¿y qué?

MIRADAS| Bitácora de una maqueta.



Febrero, 2011. Lo anuncia desde el Zulia. Nuestro calor lo abraza mientras sentencia en su Aló Presidente: “Que no quede ni una familia por fuera”. Se cocinaba la Gran Misión Vivienda Venezuela. Venía maquinándolo desde 2006: tomar terrenos de Fuerte Tiuna para hacer casas. Hizo un cálculo de dos millones en déficit habitacional, para entonces, y se amparó en una Ley Habilitante de ayuda a damnificados para no solo anunciar, sino concretar. Nada más en ese complejo se hablaba de 80 hectáreas de terreno transformados en 40.000 viviendas para 20.000 familias. Amanda ya tenía dos meses en mi barriga.
“El dinero llegó, la empresa privada llegó, el ingeniero llegó, el arquitecto llegó. Allí estaban los edificios: primera torre… segunda torre… ¡el dinero se acabó! (¿?) El desengaño llegó: los apartamentos fueron vendidos y los damnificados regresaron a su vida de zinc, quebradas y deslizamientos de tierra”.
Eso no pasó. Pasaba, según relata Neirlay Andrade en su crónica “La Vega en dos tiempos”. Es que parecía cuento. Muy bonito para ser cierto. Pero Chávez sabía de esa gestión de ranchos de la derecha, la vivió. No volvería.
“¿Nos sobra petróleo? Eso hay que resolverlo”, podría jurar que pensó, y empezaron los convenios con países potencia como Rusia, Irán, Bielorrusia, Portugal y China. Con este último, los acuerdos se resumen en explotar bloques petroleros y desarrollar proyectos complementarios en el sector agrícola, industrial, tecnológico y habitacional, sin atropellar, sin invadir, sin bloquear a nadie, sin derecho a intervenir en asuntos soberanos. Chávez lo dejó claro. La Corporación Nacional de Petróleo de China (Cncpc) y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) acordaron que Venezuela paga su deuda, de aproximadamente 20 millones de dólares, con petróleo y combustibles varios que suman cerca de 524.000 barriles de crudo diarios, apuntó en 2014 Ernesto J. Navarro en su nota “10 claves para entender los convenios China-Venezuela”. Ahora deben ser más.
Caracas. Mayo, 2013. Mandato de abuela: “Usted no puede ser una del montón, usted tiene que ser especial”, y me veo: madre soltera, periodista, recién graduada, recién llegada a Caracas. Otra más.
—Buenas, señora Irma, vi su anuncio en Últimas Noticias. ¿Sigue disponible la habitación en Bello Monte?
—Sí. Son tres meses de depósito y uno adelantado para verla.
Cuelgo el teléfono. Estafa.
—Buenas, señora Carmen. Llamo por la habitación en Los Dos Caminos. ¿Está disponible?
—Sí. Pido depósito de cuatro meses. ¿Estudias o trabajas?
—Soy periodista, trabajo en un medio público.
—Ah… trabajas con el gobierno… Disculpa, los chavistas no nos dan trabajo, nosotros no les daremos casa.
Cuelga ella. Intolerancia.
El barco (el país) no se hunde, pero las ratas salen, desfalcan la tesorería nacional. Algunos ya dan la revolución por perdida, otros pensamos por mística o conciencia, quizá ambas, que sin Chávez nos toca a nosotros y habíamos armado el morral.
“Vas a ser mucho tiempo mi inquilina. ¿Crees que teniendo una hija y sin casarte con un viejo con real vas a tener casa en Caracas? Te falta madurar”. Escucho a mi primera arrendataria en La Candelaria. Le pago 1.500 bolívares mensuales, precio aceptable por una habitación con derecho a lavar, cocinar y dormir. Cero visitas. Cero crías. Cero llegadas en la madrugada. Cero vida de adulta. Escucho su retahíla durante ocho meses más.
Cada fin de semana pregunto por alquiler. En la calle hay miradas de ternura-lástima seguidas del fatalismo improductivo: “Está difícil”, “está jodío”, “me da lástima que estés lejos de tu chama, pero eres joven, a lo mejor te enamoras de alguien con plata”, “¿si eres chavista, por qué no pides casa?”, “¿por qué no te devuelves a tu ciudad?”. Parece normal recular.
¿Qué hago aquí? No divorciar los sueños de la realidad: ser mamá y ser mujer, trabajar, crear. Sabía de la deuda social de este país, de tanta gente con necesidad y, lacónicamente, casi por no dejar, me inscribí en el 0800-MiHogar y en un comité de vivienda.
Octubre, 2014: “Al caos que impone un modelo capitalista, hacemos una forma de vida comunitaria, de respeto, confianza, de superación de los conflictos que surgen en la convivencia”, cuenta el presidente Nicolás Maduro mientras entrega viviendas a familias damnificadas. Qué vaina tan bonita, ojalá me pasara.
Enero, 2015. La crisis. La miseria humana. 10.000 bolívares el alquiler de un hueco, sin derecho a lavar ni a cocinar y, según los malandros arrendatarios, aumentará.
Febrero, 2015. Nuevo acuerdo con los chinos. Lo anuncia el ex ministro para el Hábitat y Vivienda, Ricardo Molina, quien dice que permitirá mantener el ritmo de construcción de casas y apartamentos. No se hace viral, no se comunica como lo amerita, por todo lo que tenemos encima, por lo coyuntural, lo urgente.
Julio, 2015. No consigo nada. El dinero no me alcanza. La crisis de cantidad y calidad lleva al límite, pone existencialista, confunde, cuestiona, a veces pone a guabinear, y del otro lado del auricular: “Aguantá. Uno asume las empresas y se queda en las buenas y en las malas. En las vacas gordas y en las flacas”. Esa es mi mamá.

Agosto, 2015. “Buenos días, le hablamos de la Inmobiliaria Nacional. Usted ha sido adjudicada. Necesitamos verificar sus datos e informarle los requisitos. Esto es una central, no nos puede contactar, le volveremos a llamar”. Cuelgan. Viene la ansiedad. A continuación, no soltar el teléfono, dormir, bañarme, trotar, comer con él. Aceptar ser víctima de un aparente experimento de laboratorio.
Noviembre, 2015. “Su crédito fue aprobado”. Momento de depositar el monto de la comisión flat y el Fondo de Ahorro de Garantía. No me exigen cuota inicial. Ese requisito se eliminó en 2012 y pienso: “Coño, esto es de verdad”.
6 de diciembre, 2015: pierde el chavismo la Asamblea Nacional. La MUD gana por votos de autocastigo, una campaña mediática que nos lleva una morena por falta de gestión y por ocupar espacios que dimos por sentado y descuidamos. En su borrachera, la derecha propone dar títulos de propiedad a los adjudicados por la Gran Misión Vivienda (GMMV), es decir, introducir los urbanismos al mercado inmobiliario dolarizado que carcome cualquier esperanza de tener una casa en Venezuela.
Principio socialista: cada quien recibe según lo que necesita.
Principio capitalista: compra quien pueda. No tenemos derecho a derechos, solo a tener o a ser propiedad. Así funciona su sistema.
19 de diciembre, 2015: “Buenas tardes, bienvenidos a la firma del documento multifamiliar. Ustedes ahora deben pensar en comunidad. Estoy contenta de ser parte de un día tan importante en sus vidas —escucho a la vocera de la Inmobiliaria Nacional—. Esto es un esfuerzo, estamos empeñados en beneficiar al pueblo venezolano”. ¿En este contexto? Le creo, están empeñados.
14 de enero, 2016. La última llamada. Firma del documento unifamiliar. Me tiemblan las piernas. La revolución es un acto de convicción y esperanza, no de fe ciega, pero nada más arrecho y placentero que tener certezas. Que se sepa.
15 de enero, 2016. Entrega. A mi lado derecho, Javier y Paola, una pareja sin hijos. Al izquierdo, Rosa, una abuela. Recuerdo lo que escuché en la parroquia 23 de Enero: “El que se mete con Chávez, se seca” y un “nos tendrán que matar” frente a la demagogia de quien quiera apropiarse de su obra y la llamaron “Misión Maqueta”.
¿Creyeron que este era un proyecto fallido? ¿Creyeron que Chávez murió? Por ahí me dijeron “desde acá lo veo guiñándonos un ojo” a todos.
23 de enero, 2016. Mudanza. Con crisis económica y política, el barril de crudo por debajo de 30 dólares, sin Chávez, sin mayoría en la Asamblea. Con 25 años. Soltera y sin prostituirme por prebendas. Amanda y yo somos parte del más de un millón de familias que tiene una vivienda.
Sí. Una del montón, una de tantas.

¿Dónde están las mujeres de Chávez?



Recibís unas flores y un mensaje de felicitaciones por el Día de la Mujer. Te sentís arrogante. Pensáis: "hay que ponerlo a leer". Te veis subiendo de la Plaza Bolívar a la Av, Urdaneta, en Caracas. Las marchas tienen gente, pero no son lo que eran. No por la crisis, la capacidad de convocatoria se mantiene, es evidente, pero recordáis haber escuchado a Alí Primera, a Lloviznando Cantos, ver una mujer con barriga de 9 meses estampada con la consigna "Te amo Chávez" sobre el techo de su rancho. Y ahí, a 3 años de tanto, ahí estamos. Sólo que ahora, los altoparlantes alternan canciones de El Potro, Dame Pa' Matala y Los Cadillacs, y canciones de la última campaña presidencial, la que menos se parecía a lo que era una merienda de negros, blancos, cultores, artesanos, indios, que nos asumimos chavistas.
3 años del inicio del arroz con mango "cultural", del rating como prioridad, del movamos gente "como sea". 3 años de cátedra de cómo no sumar. 3 años desde que se murió tu padre, el único que tuviste, el que contaba también con el mérito más alto que en tiempos de yonofuiísmo se puede tener: reconocer.3 años de recoger testimonios engrasados con llanto en la Plaza Bolívar de Caracas o de Maracaibo.3 años de guerra económica, desfalco y corrupción por todos lados. 3 años de desabastecimiento de harina de trigo, de maíz, de toallas sanitarias, de anticonceptivos, de POSTINOR, de pañales, de toallas húmedas. Los productos que nos permiten criar hijxs, estudiar, trabajar, cocinar, en el mejor de los casos pensar. Solas, rápido, sin descalabrar y ralentizar al Sistema. Acrobacias por las que seguramente nos dirán Santas o nos harán una estatua, después de muertas. Productos que nos simplifican la ya de por sí saltimbanqueada vida cotidiana. ¡Bravo! ¡Bien pensada la vaina!

Y 3 años después, te veis subiendo esa avenida Urdaneta, la misma que dos meses atrás subías tras una convocatoria espontánea por un parlamentarismo de Calle, uno parapélico, que también se parecía mucho a Chávez.

"¿Ud quiere saber cómo es un hombre? Fíjese cómo trata a su madre, a sus hijas, a su hermana", decían.
M
itos sobre cómo detectar la sensibilidad masculina. Ellas pueden ser las únicas comais que el tipo respete por ser su incubadora, su cómplice o haber salido de sus bolas. Por que orbitan alrededor de él. Por consiguiente, su verdadero ser recaerá sobre cualquiera que no se parezca a la madre DE, la hija DE, la hermana DE.

"Hoy es un día importante. El día de la mujer aguerrida, paridora, amorosa, eso es la mujer" dicen en una tarima.
Te veis mamá y amorosa, pero en desacuerdo.

Y cuando se aburre la gente repiten ¿Dónde están las mujeres DE Chávez?

Ni te dais por aludida. ¿Cómo repetir una consigna si no te la creéis?

¿Y si no sois la mujer de nadie? ¿Y si sois mujer que caminó CON Chávez? ¿Y si sois mujer que camina SIN Chávez y guapeando? Eso le hubiera gustado más a él. Que soñaras por vos, mujer. Que ya no dijéramos que todo lo hacemos por él. Quizá, le guste más que nos empecemos a querer y defender.

SOBERANÍAS SEXUALES | EN CUATRO



A los 4 años, descubrió una perla entre sus piernas.
A los 14, su mamá le decía “podéis leer lo que queráis, pero no lo de arriba de la biblioteca”. La sección erótica. Por supuesto, la leyó casi toda. Su naturaleza inquisitiva no dejó de hurgar, y mientras más buscaba, menos alcanzaba o sentía libertad. A los 24, entendió que el sexo era un trueque de energías dignas de cuidado. Preguntó, probó y no se las sabe todas, pero sumó argumentos frente a los pupilos del consumo y los puso en cuatro. Chinazo.

1
Lo espiritual.
El cuatro es importante. En numerología, signo de lealtad, la atención al detalle, la materialización de metas, la disciplina y resistencia.
Tenemos cuatro fases lunares y cuatro etapas del ciclo menstrual para tener, y ser, al menos cuatro tipos de amantes. Cuando presté atención, descubrí que no es lo mismo hacerlo en luna llena que menguante.

2
Lo político.
Leí por ahí: “La revolución es anal o no será”, consigna que instaura su propio sistema. “NI Santa NI Puta”, me gusta. Soy como me place. Seduzco, soy seducida. Me autoexploro, sé cómo llego o no, y cuando me desgasto o aburro, me reinvento. Es el misterio de la femineidad creativa. Pero hemos de agudizar la vista, entrenar la mente. Ser conscientes le da un plus sensual a la rebeldía: en un contexto de escasez de condones y pacata educación sexual, un “¡apostemos a una vida de sexo casual!”, en ojos de una púber ávida de ideas, da pie a barrigas.
Al patriarcado nada se le escapa y también capitaliza el utilitarismo de cuerpos en nombre de la lucha feminista. Creó actores, reactores y distractores como la heroína, que en los 70 distorsionó luchas y fulminó a los 27 años a Janis Joplin, mártir del exceso que no supo cuidar de sí misma.

3
Lo físico.
Conocerse es garantía de que la integridad no sucumba ante el
despilfarro. Por la vagina parimos. Créanlo, más de cuatro dedos podemos tener dentro. En el coito hay más de cuatro orificios para penetrar. En el encuentro se miran cuatro ojos, cuatro pezones y son cuatro los sabores (ácido, dulce, salado y amargo) para poderlas glasear, lamer, estimular.
La sed la saciamos con saliva, sudor, flujo vaginal o semen. El
mágico cuatro también aplica a los swingers y su capacidad para definir los parámetros de su intimidad.

4
Lo periodístico.
Exige contexto y responsabilidad, pero necesitamos cerrar
y titular. Juntamos cuatro palabras explosivas que atrapen y hacemos un panfleto de rebeldía. Pasa. Por tanto, este espacio también merece autocrítica: ¿reducir el sexo a un contrapunteo de egos, morbo y consignas es libertad?
¿Tildar la monogamia de falacia o grillete a la monotonía es liberación o falta de voluntad creativa?
¿El heterosexual y monógamo será el nuevo enclosetado?
¿Abolir el prejuicio —de izquierda o derecha— sobre cómo follan los demás no será ejercer soberanía?

SOBERANÍAS SEXUALES | Ante el espejo






Mi vagina no miente. Se parece a su única dueña, cuando intenta fingir o peor, engañarse, pierde.

Sabe lo que quiere. Disfruta los baños de vapor y que la besen, en eso también se parecen.

Compañera mutualista: No controla ni juzga en demasía, quiere aprender y enseña. Es mi relación de simbiosis perfecta.

Cómplice discreta: Siente por mí, yo pienso y hablo por ella.

Rebelde, dicen, pero la veo más conciente, sabe decir sí y que también es rico postergar o abstenerse.

Intuitiva: Frunce su ceño con textura de cicatriz cuando ve dibujarse prejuicios en el sector de mi mente que debe morir: el que me juzga por hacer el amor o follar si me place, con quien quiera, cuando quiera, porque quiera. Sí, aún. Sí, a mí.

Empírica: Los fiascos le dieron cierta sapiencia. Es como un Pepe Grillo, una conciencia secundaria. 
Así, como al rozar baños públicos, contrajo infecciones urinarias. 
Así, como de chiquita la frotaba con la almohada y sentía cosquillas. 
La recuerdo un día, hacerme pedir más, e incrédula, escuchar a la fuente del deseo despotricar: "el sexo no es todo, hay otras cosas que llenan en la vida", esa vez, la sentí húmeda, no excitada, como un conducto lagrimal, comprendiendo que prolongó demasiado su estadía en ese lugar. 
Sus ansias no eran comprendidas por mentes amadas, pero con doble vida, o cerradas, o autodestruidas, o heridas y por tanto, destructivas. Mi pequeña se retorcía en desconcierto, me halaba por la falda como una niña y me preguntaba: "¿Nai, qué le pasa a él? ¿Por qué dice groserías? Si sabemos que para adornar la vida están los amigos, la comida, los viajes, la música". La conmoción nos retuvo un tiempo en el sillón de la melancolía, con la mirada perdida, estancadas en porqué's que no construyen ni inspiran.


"¡BASTA!" "¡NI DE VAINA!" hoy me grita con lascivia y a la vez crepita certezas que van del metesaca a la sensualidad mística. Hoy, mientras mis dedos o él, entran y salen, vuelve el dúo resolutivo: ella y la oxitocina, culpables de mis divinas contracciones y de esa risa de medialuna muda, afrodisíaca, que encaja cada hueso y músculo en su lugar, que logra conectar lo que una cabeza achicharrada por prejuicios o un corazón lesionado, quizá, no dejaba sintonizar.


Mi vagina creativa, a punta de manualidades realineó nuestras convicciones, ganas y chacras, en soledad. A veces, sólo a veces, miramos hacia atrás, 
a la cuarta, 
al ayer, donde algunos prefieren estar, y constatamos a qué sitios nunca regresar ni a buscar el vibrador después de una mudanza, ¿para qué? el placer con risas también puede curar. 

Tesis




Hermano sol, estático señor, bombilla amarilla de calor.
Luna plana la menor, lucero del amor, espiga de las noches de pasión.
Hermano sol ¿Qué cuece tu interior qué traes tanta explosión?
Luna, blanca reflexión, helado corazón.

Hermano sol, Hermana Luna –

Nacho Cano

Naile Manjarres


Preferían el misionero. Él la penetraba y aliviaba sus dolores menstruales, pero una vez fuera, le generaba los peores malestares.
A ella le excitaban las diferencias.
El fue de un "lo que es igual a mí no funciona", a un "somos demasiado desiguales".
Él estaba loco por ella, pero se esforzaba en deshilachar esperanzas y sumar asperezas; ella, cardinal y de fuego, ante el silencio frío cayó en demencia, pero evaluó cartas astrales, tendencias lunares, unió puntos cual crochet y desarrolló su tesis para salir de la inercia. Y lo hizo, descifró el acertijo, conversaban horas y horas antes del sexo, discutían hasta 7 horas y media después de hacerlo, de algo parece haber servido: es la antítesis de los opuestos.

La contra que sólo vaciando la papelera de prejuicios mentales, haría funcionar a quienes rinden culto de forma distinta a la intimidad: una la debate y descifra soberanías, el otro la atesora guardando en una gaveta secreta sus fantasías.
La antítesis divina de él "así...suavecito", y ella "dame rapidito" que, alternados en la lucha por placeres compartidos llevaba a una alquimia sexual sin precedentes. A la contradicción del puro deseo trasmutado a "quiero quedarme en ella para siempre".

La contraposición de temperaturas: el dormía en pijama, ella desnuda. Una parte bloqueada, seca, la otra en perenne oposición: empapada, efervescente.
La antítesis de un miembro grueso entrando y saliendo de una vagina pequeña, la antítesis perfecta.
La fascinación del contraste. Del hermano sol y la hermana luna, del antagonismo de edades, contextos, idiosincracias y sensibilidades.

La contra que - afrontada con madurez - complementa: la del amante de la cocina y la neófita, pero dedicada a la limpieza.


La antítesis que - surfeada con inmadurez - conlleva a historias fascinantes por tristes: la misma del azul oscuro del Río Caroní, y el marrón amarillo del Orinoco. El nacimiento de uno era la muerte del otro. Su contraste en niveles de acidez (PH): 


La antítesis que - surfeada con inmadurez - conlleva a historias fascinantes por tristes: la misma del azul oscuro del Río Caroní, y el marrón amarillo del Orinoco. El nacimiento de uno era la muerte del otro. Su contraste en niveles de acidez (PH): Ella, Orinoco, olorosa, densa, altanera, constante y caliente. Él, Caroní, inodoro y de un frío electrizante, pero ambivalente.
Confluyeron sin mezclarse.
Sus fluidos se unían y hacían un verdadero espectáculo, aunque era sólo un mito, eso de que corrían por el mismo cauce.
La profecía siniestra se cumplió: "agua y fuego, vamos a ver quién hace ebullir al otro, o quién apaga al otro primero". Ambos escenarios sucedieron: él se condensó y evaporó, ella renació de sus cenizas. En eso los opuestos lograron ponerse de acuerdo.

Tras el diluvio y posterior incendio, mucho aprendieron. Ella optó por rendir justicia poética a los hechos, ya tiene para escribir un guión o varios cuentos.