Afuera marchan los "más pilas", con ellos te vuelves demasiado exigente y a la vez mediocre, puedes abrirte al más insulso sólo para verificar si entre tanta lógica aún eres capaz de sentir, que no estas congelada... pero hace rato el ideal, el que siempre huele bien, le sobran las palabras más no la charlatanería, se deja explorar, te enseña, ayuda a crecer, te acompaña aún en silencio y de verdad te excita es un buen libro.
Pero en la fiestas estás, y vas catando .Pruebas si sólo basta con que quieran: mmm No.
La próxima eliges a alguien a quien admiras por lo que es y sabe hacer, pero resulta no ser nada si no está absorto en sí mismo.
A algunos los dejas quedar lo suficiente como para verlos evolucionar o estancarse, y a otros le haces el favor de no hacerles perder el tiempo, ser sincera acentuando que no quieres y que no, no eres un reto (un tercio de ellos se ofenden porque "hay muchas ansiosas de estar en tu lugar", la pataleta les tumba la facha de galán y la patanería básica y aburrida dice presente).
Aveces quisiera no prestar tanta atención a los detalles,
A veces es un karma ser "senti-pensante"
