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jueves, 15 de mayo de 2014

Érase una vez una historia que duele mucho a México

Fue una traición de Jesús Guajardo, Coronel de Operaciones Gubernamentales, quien asesinó a 50 de sus propios soldados para engañar a Zapata y cumplir el cometido de dar muerte al General de la Liberación, el Caudillo del Sur de México.
Lo emboscaron en Chinameca y murió junto a 80 de sus hombres.
Emiliano era culpable de haber emprendido 10 años antes, la revolución agraria y campesina frente al dictador Porfirio Díaz.
Su ejército inició con 80 hombres que se multiplicaron en cada indígena, liberal y campesino armado con la utópica premisa "la tierra es de quien la trabaja"
Lejos de ambiciones políticas, Zapata había instalado su propio gobierno y Cuartel General en Tlaltizapan y en ese reducto territorial logró liquidar el latifundio y devolver las tierras robadas a los campesinos históricamente.
Tal crimen lo pagó con persecución y muerte a traición. Como siempre.
Otros que deciden no trascender aparecen en  la portada TIMES "Saving México"
Así venimos.



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