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viernes, 29 de agosto de 2014

Esas ¿pobres? mujeres inteligentes

Esas ¿pobres? mujeres inteligentes

Las mujeres inteligentes tienen menos posibilidades de casarse”, leí en la web hace semanas y pregunto: ¿Invita a la mujer a mantenerse inculta o es otro sesgado sondeo que sutilmente te culpa por tus virtudes?

Recordé una película de Woody Allen, donde Woody, siempre desdichado, le pregunta a una pareja cuál es su secreto para estar casados y felices, y ellos responden al unísono "no pensamos".

Ejemplo hollywoodense, pero hace años, en la facultad, un compañero me comentó “Ve, yo me voy a casar con una bruta que se convenza con cuatro daticos, porque la inteligente, ante el primero que le diga 4 cosas que yo no sepa, me deja”. Y asì se casó...hermoso ¿no?, pero volvamos al artículo: ¿posibilidades o menos intenciones de casarse?.

Me inclino por la segunda. Cada día conozco más mujeres de intelecto fecundo. Mujeres que no sólo postergan el matrimonio, sino que no lo fijan como fin supremo de vida, las ocupan otros compromisos que superan el esquema "gradúate, cásate, cría y muere".

Otras aspiramos más y no solamente zapatos, queremos trabajar codo a codo de la puerta de la casa para adentro y de la asamblea del consejo comunal o colectivos para afuera.
Se nos metió una idea atorrante en la cabeza y la transpiramos hasta cuando abrimos las piernas: Queremos aportar a la construcción de un mundo justo, y para eso aún es necesario un esfuerzo cotidiano por concretar espacios de reconocimiento y complementariedad, esfuerzos para la formación política y cultural de una Patria sin opresión, sin posesión, y sin anillo que justifique la castración de opinión propia.

Donde la belleza no catalice prepotencias masculinas.

Donde el intelecto y el éxito profesional fememino no conlleve a zancadillas. 

Donde la ternura no sea sinónimo de debilidad, ni la dureza un “delirio de grandeza”, sino 
producto de buen discernimiento y convicciones claras.

Donde nuestra necesidad de independencia no culmine en "crimen pasional".

Donde Daniela, que tiene 3 hijos, y no quiere otro, no arriesgue su vida con un aborto inseguro, o sea condenada por un esposo que, ansioso por multiplicar su semilla, no concibe la interrupción conciente del embarazo.

Y no demandamos sin dar nada a cambio.

Quizás no queremos sostener costumbres sólo por tradición, por ejemplo: pasar de depender del padre, al esposo, luego del hijo y finalmente del Estado, para ser felices. (Sobretodo en un contexto donde pocos luchan por ser el elegido, sino asegurar a una y poseer a tantas como pueda).

Te lo agradezco Sistema, pero no. Prescindo de firmar contrato de ser propiedad. Basta con las 8 horas diarias que, por cumplir horario, ya no me pertenecen.

Esas son peores...dicen

Plus de cuestionamiento a la mujer inteligente es que se considere "Feminista", como si se tratara de emular lo peor del machismo: perpetuar la agresión y la inequidad.

Hay quienes consideran que promover nuestra autoexploraración es un pretexto para vivir en libertinaje y ningún tipo de respeto propio. O que se justifica un resentimiento hacia los hombres, como si de hembrismo se tratara. (Es demasiado simplista. Los amamos, pero tenemos que querernos mejor).

Los seudo- psicoanalistas nos sientan en el diván y puntualizan que son "desviaciones feministoides", aberraciones, traumas, como dicen de los homosexuales, y las campañas mediáticas de la Derecha internacional han vendido al comunismo.
No entendieron nada, o les conviene no entender.

De todas maneras, la tarea es sensibilizar sobre nuestro derecho a decir NO en todos los espacios. A decidir cuando sabes lo que quieres y reconoces lo que te conviene.

La práctica feminista cotidiana en mujeres inteligentes que según el citado artículo “estarían condenadas a la soltería”, en realidad es la vindicación de luchas universales casi milenarias que priorizan al tan devaluado y casi acto revolucionario RESPETO.

¿Por qué cuesta tanto? Más caro sale casarse.

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